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¿Quien gana cuando no se puede elegir?

¿Quién gana cuando no se puede elegir?

“La gente a la que no le gustan los monopolios es porque no tiene uno” Emilio Azcarraga Milmo.

Un monopolio es la estructura que existe cuando hay un solo competidor que abastece el total de un mercado, toda la producción, distribución y venta es responsabilidad de un solo participante y claro solo hay un ganador.

Para los liberales lo que más importa es la justicia, el apego a la ley y la igualdad de oportunidades derivada de la participación equitativa para elegir y consumir, es por ello que la competencia y el consumidor pierden campo ante un solo ente que regule los precios, la oferta y la distribución de un bien, más aún cuando es uno de necesidad básica.

En una competencia igualitaria tanto los consumidores como los vendedores pueden negociar, llegar a acuerdos y determinar de la mejor manera lo que conviene a unos y otros, el libre juego de la oferta y la demanda empodera al consumidor para recibir un trato justo, le permite elegir si las condiciones para obtener el bien son benéficas y en ocasiones considerar no consumir el bien en cuestión.

En palabras sencillas un monopolio es como cuando se tiene la tienda de raya, el único medio para el trabajador para conseguir sus bienes, comida y sustento, pero es controlada por el cacique local.

Un tendero en ciertas condiciones puede ser un monopolio discriminador en que “como ve al sapo es la pedrada” puede aplicar descuentos a la “sociedad reprimida” pero exprimir hasta el último centavo que puedan pagar. Los que pueden pagar poco, pagan poco y los que pueden pagar mucho pagan mucho, pero todos terminan pagando hasta el último centavo disponible. Para alguien empeñado en una supuesta justicia social puede parecer justo, pero no lo es; ya que el único que resulta ganador es el mismo monopolista.

Para los gobiernos totalitarios que dicen ver por el bienestar social los monopolios son la solución a todo y lo que te esconden es que es el mismo gobierno que controla estos organismos.

Se han cansado de usar al “neoliberalismo” como la causa de todos los males, de las empresas corruptas que explotaban al consumidor y de las “pésimas” condiciones de vida derivadas de ello, pero se quedan en silencio cuando se describe el gobierno que lleva a esas mismas condiciones de corrupción, pobreza y dependencia.

No están en contra de las condiciones de opresión del ciudadano, lo que les molesta es tener competencia para ello.

Lo que monopolizan es la posibilidad de oprimir a la gente.

En un ambiente verdaderamente libre las necesidades de la gente son cubiertas por otras personas que las observan y aprovechan para ofrecer algo nuevo para satisfacerla de la manera más eficiente, si las empresas lo hacen mal llegarán otras que lo hagan mejor. Los ejemplos han sido muchos como con Blockbuster, Sears, Librerías de Kristal y el mismo Best Buy, si el modelo no es eficiente deberán retirarse y otra empresa cubrirá la necesidad en beneficio del consumidor, sin embargo, el monopolio evita que esto suceda los productos pueden ser de la peor calidad, así como los precios y de todas maneras el consumidor tendrá que consumirlo.

Hay industrias que por la estructura en la que se dan crean monopolios naturales, no hay manera de que haya otro participante ya que nadie puede ser capaz de entrar exitosamente en y tener ganancias, Pemex lo fue por muchos años en la distribución de gasolinas, pero sigue siéndolo en la extracción, Telmex también lo fue por muchos años hasta que se liberó y quien salió ganando fuimos nosotros como consumidores ya que obligó a la modernización de la red y actualización de tarifas.

Es extraño que aquellos que dicen pelear por la igualdad y el humanismo defienden la manera más abusiva de distribución. Se quejan de cómo las empresas han abusado, pero le dan venia a gobierno para abusar aún más. Un ejemplo claro es con el último decreto en que se hace completamente gratuíta la medicina, que parece una excelente medida pero eso lleva a un hueco de presupuesto y directo a mayor escasez, por tanto a dependencia, “de lo que hay”.

Durante la campaña de 2018 se usó mucho una voz de reclamo popular en la que se comentaba que “cómo podía el pueblo defender a un empresario”, pero ellos mismos terminan defendiendo a políticos que aportan mucho menos que un empresario.

Azcárraga es la imagen clara del México del PRI, del dominio del oficialismo y de la riqueza inigualada de unos pocos, eso es lo que el gobierno monopólico de Morena envidia y quiere retomar busca y deciden atacar a los empresarios porque no están dispuestos a compartir esa riqueza.

Y la gente que los sigue defendiendo.

En el México de hoy vemos regresar esa concentración del poder político y económico en gobierno, pero además roban la capacidad de decisión y eso es lo que buscan: Su propio monopolio que no se detiene en la producción y distribución de bienes sino también en la búsqueda de trabajo, en educación y es también la meta de sus panfletos éticos y morales.

El mayor problema de estos monopolios está en el rezago, el mundo se sigue moviendo y nosotros regresamos a la prehistoria de la competencia.

Morena demuestra que la gente no le importa, que solo les interesa que los 130 millones le den lo que tengan; unos pocos y otros mucho, pero todos hasta el último centavo.

Sin opciones no hay elección y sin elecciones solo hay sumisión.

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