Lo tengo que definir con el apodo “Buzz”, debido a que no se me haría justo ventanear su identidad. Y es que mi amigo es un tipazo de esos que la caen bien a todo el mundo, tanto así que llegó alto entre quienes se encargaron de organizar nueva aerolínea del Estado Mexicano,

cada vez más metida en problemas como aquellos derivados de esa demanda que le está metiendo en una corte norteamericana una proveedora tan obscura, como todo lo que rodea a la operadora de aerotransporte a la que el actual primer mandatario del país se atrevió a regalarle a costa de nuestros impuestos los históricos nombre y logotipo de la Compañía Mexicana de Aviación.

Regresemos al “Buzz”: El primer contacto que tuve con este caballero fue hace un par de años esperando a ser recibido por un influyente mando en el Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca-Maya-Mexica, S.A. de C.V. (GAFSACOMM), paraestatal de la Secretaría de la Defensa Nacional de la que depende la “Mexicana del Bienestar” en cuya creación este jefe castrense de uniforme de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), ha tenido mucho que ver y quien no dudó en catapultar a un “Buzz” que era capaz con tal de quedar bien, de proponer cosas tan absurdas como el que el Boeing 787 presidencial mexicano fuese puesto en operación en la ruta Santa Lucía-Seúl, Corea del Sur, o de plano emplearlo como transporte de carga, eso sí, sin modificar su interior toda vez que tenía claro no habría ni tiempo ni presupuesto para ello, olvidándose de lo inviable de la idea.

“Estos cuates están perdidos y necesitan ayuda urgente ya que no tienen ni idea de lo que están pretendiendo hacer…” pensé al escucharles.

Afortunada o desafortunadamente, “El Aviador” fue contratado formando parte del mismo equipo en el que bajo el mando de un general de la FAM, hoy día administrando uno de los aeropuertos militarizados otrora de Aeropuertos y Servicios Auxiliares y quien llegó a reclamarme por atreverme a afirmar que la calidad debería ser el gran diferenciador en el servicio de la nueva compañía, el “Buzz” continuó no solamente haciendo igualmente “brillantes” propuestas a los mandos sino también irresponsablemente dándoles siempre por su lado a esos ignorantes que por orden presidencial están jugando a los avioncitos con el dinero de las arcas nacionales.

El hecho es que el “Buzz” y su “lo que usted ordene general” se ganó la confianza de un grupo de influyentes pero incompetentes mandos que le ubicaron en condiciones de incidir de manera importante en la creación del fiasco de aerolínea, incluyendo las negociaciones con ese obscuro proveedor milagrosamente les resolvería con una flota inicial de diez Boeing 737-800 “llave en mano” el enorme problema de hacerse de los equipos de vuelo para comenzar a operar en tiempo y forma desde la perspectiva del entronizado en Palacio Nacional.

En otras palabras: El “Buzz” y sus ocurrencias estuvieron, si no siempre en el centro, sin duda muy al interior de aquello que se ha convertido en un vergonzoso episodio en la puesta en operación a la carrera de la nueva aerolínea, tanto así que decenas de intentos de contactarle por medio de ese su número de teléfono celular han terminado en fracasos conforme la respuesta que obtengo es ese ominoso mensaje automático que dice: “El número que usted marcó no está disponible, etc.”, lo cual me hace pensar, en el mejor de los casos que cambió de teléfono, o en el peor de ellos, que huyó de la aerolínea o lo huyeron, algo que me temo no debo descartar.

Lo peor del asunto es que en el GAFSACOMM hay muchos “Buzz” “civilones” que con tal de no provocar a la fiera que muchos uniformados llevan dentro, son incapaces de decirles cuando es hasta obligatorio hacerlo, por ejemplo que “la seguridad de las operaciones no es asunto secundario por el contrario, es lo más importante”, algo que lógicamente no agradaba en lo más mínimo a quienes repartían el pastel de los puestos en la organización.

Menos se atreverá decirle algo así a su padre, jefe en el GAFSACOMM por ejemplo esa odontóloga sin experiencia aeronáutica a cargo de la Gestión de la Seguridad Operacional en un importante aeropuerto administrado por esa entidad.

Lógicamente hacer las cosas “como se ordenan” y no “como se deben” da como resultado el desastre administrativo y operativo que está ocurriendo en los cielos mexicanos desde que López Obrador decidió militarizarlos y ha empleado a gente como el “Buzz” para ello, personaje al que no le deseo otra cosa que salud y prosperidad, pero lejos por favor de la nueva aerolínea.