En abril de este año se publicó en la revista científica Cretaceous Research la descripción de un nuevo dinosaurio, Arackar licanantay. El estudio se titula "Arackar licanantay gen. et sp. nov. a new lithostrotian (Dinosauria, Sauropoda) from the Upper Cretaceous of the Atacama Region, northern Chile".
Originalmente, los restos paleontológicos del Arackar licanantay fueron encontrados en la década de los 90, por el geólogo chileno Carlos Arévalo. El investigador recuperó restos que incluían partes de un húmero, un fémur y el isquion, y elementos vertebrales del cuello y la espalda, siendo uno de los fósiles de titanosaurio más completos hallados en el margen occidental de Sudamérica. Estaban enterrados en el desierto de Atacama, el más seco del mundo, cerca de la ciudad de Copiapó.
El Desierto de Atacama se extiende en un área aproximada de 105 kilómetros cuadrados. Entre sus dunas, sólo las formas de vida más resistentes pueden salir adelante, ya que es el punto no-polar más árido del planeta. Esto obstaculiza la investigación científica. Por esta razón, el hallazgo de una especie completamente diferente de titanosaurio en las profundidades del desierto más árido del mundo es extraordinaria. Los estudios sugieren que la criatura vivía en un entorno muy diferente: un exuberante paisaje de plantas con flores, helechos y palmeras, hace entre 80 y 66 millones de años.
A lo largo del S. XXI, los restos han ido siendo analizados por un equipo de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, el Museo Nacional de Historia Natural de Chile y el Laboratorio de Dinosaurios de la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina).
El Arackar licanantay, nombre que significa "osamentas atacameñas" en lengua kunza, era un dinosaurio herbívoro, cuadrúpedo, de cabeza pequeña y de cuello y cola larga, que en su versión adulta podía alcanzar los 8 metros de altura, aunque se estima que los restos encontrados eran de un subadulto de 6.3 metros. En comparación, se trató de un dinosaurio menor a otros titanosaurios. Sin embargo, los científicos aseguran que esta especie contaba con características únicas, particularmente a nivel dorsal, que permiten diferenciarlo de otros animales del mismo grupo e identificarlo como una nueva especie, la tercera no aviar encontrada en Chile tras el Atacamatitan chilensis y el Chilesaurus diegosuarezi.
El otro gran aspecto en el que se diferencia el Arackar licanantay con el resto de los titanosaurios es en el ángulo de sus extremidades. "Una característica de muchos titanosaurios es que sus piernas estaban en ángulo abierto. Nuestro dinosaurio no tiene ese ángulo, es bastante recto en comparación al fémur de otros titanosaurios. Se conocen otros titanosaurios así, pero no es lo más común. Uno de ellos es el Rapetosaurus, de Madagascar y otro es el Atacamatitan de la región de Antofagasta, el primer dinosaurio chileno", señaló Alexander Vargas, director de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile y académico de la Facultad de Ciencias de ese centro.
Bernardo González Riga, un paleontólogo argentino que estudió al Arackar licanantay y quien descubrió otro titanosaurio, el Notocolossus, explica que estos enormes animales fueron abundantes en la región que hoy es Sudamérica.
Eso se explica porque "el continente quedó aislado la mayor parte del Cretácico Tardío, hace entre 100 y los 66 millones de años. Por ejemplo, de unas 80 especies que se conocen en el mundo, 55 proceden de Sudamérica", explicó González Riga.
"Constituye un hito relevante para el patrimonio paleontológico chileno. El grupo de los titanosaurios es muy amplio y diverso, con reiterados hallazgos en lo que hoy es Argentina y Brasil, sin embargo, es mucho menos frecuente encontrarlos en este lado de la cordillera, hay muy pocos registros de titanosaurios en nuestro territorio, lo que hace del Arackar licanantay un hallazgo muy valioso", dijo el jefe del Área de Paleontología del Museo Nacional de Historia Natural, David Rubilar, autor principal de la publicación.
Sus restos fósiles serán expuestos en el Salón Central del Museo Nacional de Historia Natural de Chile para que los visitantes, cuando la pandemia de la COVID-19 lo permita, puedan contemplarlos.
Fuentes: National Geographic, RT, BBC, Cretaceous Research https://doi.org/10.1016/j.cretres.2021.104802, imágenes tomadas de internet
 
 
