Esta es la continuación del artículo México no Tendrá vacunas (Pronto),
México no tendrá vacunas (Pronto)
Hablaremos a qué se dedicó cada gobierno durante el transcurso de la pandemia y compararemos los resultados de cada uno de ellos.
Para efecto práctico tomaremos como ejemplo a Nueva Zelanda, Israel, USA, Canadá y México.
Nueva Zelanda es el caso que quizás debería de servir de ejemplo a nivel mundial. La primer ministro Jacinta Ardern implementó una de las cuarentenas más rígidas del mundo, cierre de comercios, industrias, fronteras y vuelos. El resultado es que tienen el índice de muerte mas bajo del mundo, con tan solo 25 muertos por COVID (en un país de casi 5 millones de habitantes) y el día de hoy llevan una vida casi normal. La ministra ha sido reelegida (en medio de la pandemia) con la mayor votación de la historia de ese país.
Israel es el siguiente ejemplo a destacar es Israel, que con sus 9 millones de habitantes tiene una mortalidad de 2205 personas. Lo más sorprendente quizás sea que al momento de escribir estas líneas llevan un avance de 25% de vacunación de la población total. ¿Cómo lo hicieron? ¡Fácil! En Abril pasado se aproximaron a Pfizer y pagaron por adelantado vacunas para toda la población. Repito, pagaron las vacunas por adelantado. En el momento de escribir estas líneas están vacunando a población mayores de 40 años.
Vamos a hacer una pausa para hablar del precio de las vacunas:
Moderna (La que no compramos, y que no necesita ultra-refrigeración) cuesta 32 dólares la dosis, Pfizer 19.50 USD la dosis. Ambas vacunas tiene una efectividad superior a 95%.
La vacuna de Johnson & Johnson costará alrededor de 10 USD, pero su efectividad está entre 65% y 85% (aún muy buen porcentaje).
Fijemos entonces un precio de 20 dólares por vacuna, Pfizer y Moderna requieren dos dosis, J&J solo 1. Entonces en promedio un gobierno gastará entre 10 y 40 dólares para vacunar a una persona. Quiere decir que para vacunar a un millón de personas se requieren entre 10 y 40 millones de Dólares.
Vayamos ahora con Estados Unidos. Este es un ejemplo complejo, porque por un lado las políticas públicas contra el COVID fueron pésimamente implementadas por un terco (ex) presidente Donald Trump que organizaba rallies políticos con cero distanciamiento social y medidas sanitarias. Pero por otro lado entre Abril y Junio de 2020 otorgó 1200 millones de dólares a una serie de compañías farmacéuticas. De tal modo que Estados Unidos (junto con Israel) está formado primero en la fila de las vacunas, y ha recibido más de 50 millones de dosis y ha vacunado a más de 29 millones de americanos. El presidente Joseph Biden está comprometido a vacunar a más de 100 millones de americanos en sus primeros 100 días de gobierno.
Pasemos ahora a Canadá. El tercer integrante del TMEC ajustó sus políticas migratorias y canceló antes que nadie la entrada de americanos, canceló vuelos comerciales e implementó políticas de aislamiento total a viajeros internacionales (extranjeros o domésticos), pruebas PCR a la llegada e internamiento en un hotel “seguro” con vigilancia por parte del gobierno hasta tener un resultado negativo, todo con cargo al viajero. Además pagó por adelantado dosis para 1 año y puso orden de compra por otros 3.
¿Y México?
Pues México lindo y querido sometió a voto una resolución a la ONU para que se “garantizara el acceso a material medico, medicamentos y vacunas a todos los países del mundo” . La resolución fue votada y aprobada por abrumadora mayoría y se convirtió de inmediato en un bonito papel de adorno en la carpeta de algún funcionario en Nueva York. En otras palabras, se convirtió en letra muerta.
El gobierno de la república no negoció con ningún laboratorio vacunas hasta bien entrado Diciembre, cuando UK tuvo a bien colocar el primer “jab” en el brazo de Margaret Keenan, de 91 años, y se dieron cuenta de que las vacunas no llegaría por medio de las naciones unidas.
Se tiene registro (mediante Tweets) de pedidos a varias compañías, pero la información ha sido reservada por 5 años (increíble, si este es el gobierno más transparente de la historia de México), las vacunas simplemente no llegan.
La desesperación es tal que el gobierno mexicano está buscando las vacunas en Rusia, y se ha puesto al nivel de países como Algeria, Irán o Kazajstán. Los datos de la vacuna Sputnik V no han sido aprobados por el prestigiado jornal médico “The lancet” ni por el “Instituto Butantán” encargado de aprobar vacunas en Brasil.
Es pertinente resaltar que mientras Estados Unidos invertía en el desarrollo de la vacuna e Israel las pagaba por adelantado para fondear los esfuerzos de las farmacéuticas, en México se cancelaban los fideicomisos del CONACYT, se quitaban becas a científicos Mexicanos estudiando posgrados en el extranjero. El desprecio de la administración Lopizta a la ciencia es de todos ya conocido. México no ha colaborado financieramente ni con recursos humanos al desarrollo de las vacunas en el mercado. Estamos a expensas de lo que desarrollen otros, paralizados, sin colaborar. Y con esa cara vamos a exigir a la ONU se nos surta primero la vacuna, porque es "para el pueblo bueno".
Como lo expresó el presidente Joe Biden en su reciente llamada a México: Mi prioridad es vacunar a los norteamericanos. La prioridad de López es darle un uso político a la vacuna.
Ayer, México recibió 850,000 dosis de la vacuna de Astra-Zeneca de un país que tiene la misma cantidad de muertos que México: La India. Para sorpresa de muchos de los matraqueros del régimen Lopizta estas vacunas no fueron parte de ninguna negociación, fueron un envío de "buena voluntad" entre ambas naciones. Sí, tenemos que procesar el hecho de que México está recibiendo vacunas por caridad, y no porque las compramos.
La conclusión es que no habrá vacunas (pronto) y que el grueso de la población Mexicana se vacunará hasta el próximo Otoño.
