A 22 meses de la toma de protesta Andrés López sostiene la mañanera como el gran logro de su supuesta transformación. A través de ella aduce transparencia y acercamiento a la gente, comenta sobre el “arduo” trabajo que este espacio conlleva y comenta sobre la suerte que tenemos por tenerla.
“La Patrañera” es un espacio cuidadosamente diseñado e implementado para maximizar la exposición a los medios y el dominio de la comunicación diaria. Aunque no la veas las repercusiones de la misma esta dicta el total de la comunicación política y no se debe desestimar.
Este espacio es un verdadero triunfo. La Mañanera es un baluarte de desinformación, de dominio cultural y de propaganda sin cuestionamientos.
No hay nada que se le acerque a manipular los medios de igual manera que esta hora y media diaria de mentiras, ataques y falsedad.
Hace más de un año muchos lo advertimos, sus allegados sacian su hambre de fanatismo a través de este medio, la repetición, el análisis de la misma satisfacen su morbo político al ver a su Mesías atacando a los que odian por designio presidencial.
La conferencia matutina tiene como parte importante fomentar la producción de endorfinas y cortisol por parte de sus seguidores. Verlo atacar a quienes ellos odian es un deleite, les hace creer que trae justicia o al menos venganza cuando solo trae placebos, sin embargo, eso es lo que ellos buscan un redentor que cumpla sus fantasías de revanchismo ante enemigos que él mismo les hizo odiar.
El crea la oferta y la demanda, también controla todas las reglas en este mercado de orgasmos nihilistas para la gente con locus de control externo que lo admira.
Sus detractores no estamos libres de culpa, caemos ante el chiste fácil y la denostación que él fomenta, quiere que lo amen, pero también busca que lo odien, mientras se tengan sentimientos por él negativos o positivos sale ganando. La mañanera crea un estado de posverdad en que no importa lo veraz de su discurso, lo positivo o negativo, lo único que importa es él.
Positiva y negativamente son “clicks” que alimentan el extenso espacio de la red con su nombre y ahogan toda crítica razonada o un análisis profundo. Caemos en su juego al jugar, al no jugar y al aventar el tablero al aire.
Claro que es un logro para el, es un aparato cuidadosamente orquestado para fomentar su popularidad e imagen en medios.
La 4a basa todo su poder y esperanza en la creencia de que la gente solo voltea al hoy, no importa cuanto mienta, mientras la mentira no se compruebe en el momento de exponerla, por eso ya no invita a Jorge Ramos a la mañanera.,López demuestra que mientras sea él el único que habla no es relevante la cantidad de mentiras que profese.
En el circo de la información de la 4a todos juegan un papel.
Beatriz se da excesos y es incongruente, Noroña es furioso, Monreal soberbio y Jesusa Pacheca. Todos salen de manera casi cronometrada para desempeñar el papel que se espera de ellos. No es estupidez, aunque esta se deja suelta de vez en cuando, cada uno asume el papel de la desinformación que los mantendrá a todos ahí de por vida.
Y de nuevo ¿por qué? Toda la existencia de la 4a reside en este pedazo de tiempo robado a los mexicanos. Alimenta la emoción y devoción de sus seguidores, mantiene el odio y la distracción que le ayudan a victimizarse, esconde los hechos y dirige la agenda política.
Pero lo más importante es que lo hace popular.
López basa todas sus decisiones dictatoriales en la supuesta confianza derivada de una supuesta aprobación.
Salta directamente a la tremenda falacia de que popularidad y aprobación son complicidad y permisividad.
Salta a la mentira de que ser popular le regala un cheque en blanco ante cualquier ocurrencia que pueda tener.
¿Cómo no va a exigir obediencia ciega si es popular?
¿Por qué le demandan cuentas, resultados y certezas si es popular?
¿Cómo puede ser culpable de genocidio si es popular?
Sencillamente porque aunque así lo venda, popularidad no es capacidad.
“Aprobación” no es legalidad, 30 millones de votos no le regalaron infalibilidad y 50% de aprobación ficticia jamás le darán derecho de estar sobre la ley, por más que él lo considere así.
La Mañanera es un instrumento de mantenimiento del poder y aunque simplemente decidamos no verla los efectos son repetidos por tantos medios que es imposible evitarla. El único camino para romper la posverdad es cambiar el discurso, lamentablemente creemos que hacerle caer en incongruencias, mostrar sus errores o insultarlo ayudará a romper su innercia, pero eso es falso, todo ataque abona a su victimización y la conferencia sigue manteniendo la agenda informativa y política.
Hay que sacarlo de balance, cambiar el tema con datos hacia donde no quiera ver, por ejemplo sus seguidores aluden al pasado para engancharse en ello, regresalos al presente, quítale fuerza, exige que ellos proporcionen hechos. Pídeles verdad para sus propias mentiras y no podrán seguir esto es igual con Obrador.
Sun Tzu dijo: “Lleva al enemigo a un lugar de donde no pueda salir y morirá solo”, este lugar es la verdad que evitan y quieren ocultar, no su terreno, no su verdad, sino la que trabaja por evitar. La Mañanera está diseñada para cubrir y obscurecer, no entres en su noche y lleva siempre una linterna de datos y realidad.
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Populismo y economía, la ruta del hambre.
