Toda decisión tiene repercusiones y aunque López decida negarlo o desviarlo la gente termina sufriendo por sus decisiones.

La mayor parte de sus acciones está encaminada a un solo propósito: incrementar su poder y su permanencia.

Pareciera de hecho que no importa encima de quien pase, o como lo haga, sin embargo su imagen le es muy importante, claro para la permanencia, y por lo tanto dejar claras sus intenciones y transparentar sus acciones autocráticas está muy mal visto por lo que la mayor producción que tiene la 4a es de justificaciones.

Como ejemplo recordemos que enero de 2019 México vivió el desabasto de gasolina basado en la decisión de recortar las importaciones del combustible, esto sin estudios que respaldaran la decisión, sin pensar en las repercusiones o algún plan de respaldo dio la orden y se cerraron los ductos de distribución.

El desabasto tuvo grandes repercusiones económicas y de seguridad, fue el inicio de la caída en empleos y se inventó… La famosa guerra al huachicol.

Conflicto sin detenidos, sin acciones y que no logró objetivos, porque no fué real.

Hasta los muertos de Tlahuelilpan pudieron haber sido detenidos bajo esta pretensión y haber salvado así a más de 100 personas, pero se optó por la pasividad y claro posteriormente todos sus allegados atacaron a los muertos eximiendo al gobierno de responsabilidad alguna.

También bajo el pretexto de la corrupción se han detenido o destruído varios proyectos exitosos como las estancias infantiles, los hogares de mujeres violentadas, los comedores comunitarios y el seguro popular.

La justificación favorita de López es la corrupción y claro que es un flagelo a combatir, si realmente lo estuviera haciendo pero jamás intentó siquiera sanear los programas, reformar los estatutos o hacer investigaciones al respecto, es más en los cuatro programas no hay un sólo detenido por estas presunciones. Un extraño actuar para un gobierno que dice haber erradicado este mal y que presume no tener tolerancia a la impunidad.

De igual manera se han comprobado y denunciado actos de corrupción en “Jóvenes construyendo el futuro”, “sembrando vida”, “Los siervos de la Nación” y varios de sus programas clientelares, pero en estos casos ni siquiera lo ha justificado simplemente utiliza la escoba con la que supuestamente barrería las escaleras de arriba a abajo para barrer esos alegatos debajo de la alfombra.

Justifica tirar más y más dinero en Pemex aunque fueron sus acciones las que llevaron de pequeños ingresos a pérdidas en solo un año.

Justifica haber entrado en Culiacán de manera improvisada y haber dado la orden de soltar al capo más importante, por una razón real que es el peligro en que se puso a civiles, pero de nuevo fue por mala planeación, que sí es su responsabilidad.

Justifica las muertes de los niños que esperan medicinas para el cáncer por un supuesto abuso de las farmacéuticas, cuando debería encontrar la manera de tener los medicamentos a toda costa y si el trato no le gusta hacer uno nuevo, pero HACERLO y no dejar a la gente esperando acciones que claramente no llegarán.

La mala gestión del gobierno ante la pandemia de COVID-19 es desviada inventando que se debe a un supuesto colapso de la economía neoliberal, aunque hasta en su mal hecho estudio demostró lo contrario.

El cierre del NAICM, continuar con dos bocas, las omisiones en las declaraciones patrimoniales de sus allegados, el desfalco justificado como austeridad.

Los ejemplos son cientos y bien podrían rayar en miles y esto es lo que pasa cuando un presidente no llega con intenciones de gobernar sino de permanecer.

No podemos permitir que siga pretextando su paso por el sexenio, usando su gastado discurso para inventar cuentos y para justificar sus acciones ya que cuando éstas no están dirigidas a nada nos perjudica, pero cuando están dirigidas a la compra de voluntades, votos y reformas constitucionales reeleccionistas es entonces que realmente tenemos un problema mayúsculo.

¿Como sabemos que López miente? Cada vez que abre la boca.

Una mentira debería ser suficiente, pero cuando casi la totalidad de sus palabras es una farsa entonces es nuestra responsabilidad dejar de oírlo, dejar de repetirlo.

Debemos tomar una cosa que hace él como ejemplo y eso es encaminar también todas nuestras acciones y dirigirlas a su salida.