Hace unas semanas, vimos por las noticias el vandalismo que sufrieron diferentes ciudades de Estados Unidos, parecía que la llama del racismo se reavivó en la población, y el motivo, la muerte de un afroamericano, sin embargo, no es en el único país donde este tipo de manifestaciones se han llevado a cabo.
Este tipo de actos aunque no lo creamos, son más comunes de lo que pensamos, y es que es en cierta manera lógico, en los Estados Unidos, están próximas las elecciones, el actual Presidente Donald Trump, se piensa reelegir, los demócratas no quieren que eso suceda y mueven todas sus fichas del tablero para ello.
Pero esto no sucede de la noche a la mañana, estos actos, vienen desde el siglo pasado, y se han convertido en discursos políticos, tristemente, para ganar elecciones. Lo podemos ver en cada presidente de Estados Unidos, y en nuestro país de igual forma ha sucedido.
Si retomamos un poco ese trayecto en México, ha sucedido muchas veces, los oponentes del candidato oficial, descalificaban, juzgaban, criticaban a ese candidato, con el fin de des prestigiarlo y perder popularidad y porque no, perder hasta las mismas elecciones.
Sin embargo, nunca como con el actual Presidente de México, vivimos una descalificación tal y polarización, al grado de que se ha avivado la llama del resentimiento social, de la división.
Por eso es que, la reunión entre ambos presidentes, era vital, para uno (López Obrador) su incremento en popularidad, que va a la baja cada día con sus pésimas decisiones, y el otro, (D.Trump) porque está en plena campaña para la reelección.
Sin embargo, tanto la izquierda mexicana, como la de Estados Unidos, se han enfocado tanto en descalificar a la contraparte, que se les ha olvidado que los discursos extremos, y llenos de odio, crean el efecto contrario totalmente en la población, y para muestra tenemos a Brasil, con el actual Presidente Jair Bolsonaro, un extremista de derecha, que ha entrado al mal juego de no saber lidiar con la pandemia en su país, asi como el mismísimo Trump, y que finalmente, no serán la mejor elección de gobierno en sus países.
Los demócratas en Estados Unidos, deben provocar un discurso de unión, de mediación entre al ciudadanía y el Gobierno, porque de lo contrario, el efecto será devastador, y como siempre, los más afectados serán los ciudadanos.
En México tenemos como ejemplo muy claro de este tipo de discursos divisionistas, a López Obrador, la gente lo escuchó cuando por más de 12 años fue el eterno candidato a la Presidencia de México, y durante el tiempo de candidato, esos discursos de división, hicieron el caldo de cultivo para que la gente, harta de los malos y corruptos gobiernos, votaran por él como el "gran Salvador" de al nación, pero como lo hemos podido constatar, ha sido una pequeña llama que a lo largo de casi dos años de gobierno se ha menguado pro sus pésimos resultados.
Donald Trump, en Estados Unidos, ha realizado un pésimo manejo de la Pandemia, miles de muertos e infectados, y los demócratas, continúan el trillado discurso de la descalificación, de la división entre la población, y eso a final de cuentas,hará que los ciudadanos den un gran salto, de los demócratas de corte progresista, a los derechistas republicanos.
¿Por qué sucede este fenómeno? pues porque la sociedad está cansada de fórmulas mágicas, de discursos trillados, de malos manejos de dinero y de salud, por el constante discursos populista de culpar a ex presidentes del pasado, de la división. Hoy el mundo no está para aguantar a más Trump, más López Obrador y más Bolsonaros, hoy la gente quiere que la dejen trabajar, que tenga sus derechos intactos y que pueda elegir libremente sin influencia de nadie, a los candidatos que digan la verdad en cuanto a sus intenciones.
Es por eso que, si los de izquierda, no cambian ese discurso populista trillado, serán ellos mismos, los que empujen a la ciudadanía a la reelección de Trump, y a no aceptar que aunque no es el mejor, por lo menos tienen un poco más de economía y sus derechos ( algunos) serán respetados conforme a Derecho, estarán conformes en que la Democracia en su país no se vulnerará y por el contrario, se fortalecerá.
¿Qué estamos aprendiendo de ello en México? buen punto de reflexión. No empujemos a que vaya la ciudadanía de izquierda a derecha o viceversa, los extremos son malos y siempre debería existir un punto de equilibrio.