Con algo mas de 30 años y sin un solo incidente, la central nuclear de Laguna Verde, operada desde siempre por la CFE, genera aproximadamente el 5% del consumo nacional. Esto ha sido de forma limpia
y segura desde su puesta en operación.
No se trata de un artículo científico por lo que no entraré en detalles que además están fuera de mi campo de experiencia. Lo que si puedo asegurar es que me he referido a un muy buen amigo que trabaja ahí, en la central nuclear y que conserva el cabello (no hay fugas ni se trabaja en un ambiente de tensión de película), con respecto de las recientes noticias acerca de un supuesto momento de peligro que muy irresponsablemente incluso, compararon con los eventos de Chernóbil sobre los que no creo necesario abundar.
Como cualquier instalación industrial de producción, existe una línea compuesta por un conjunto de equipos con funciones y características exprofeso. En el caso de la operación de un reactor nuclear, los sistemas de enfriamiento, conducción, generación, etc., cuentan con respaldos y se operan, por decirlo de una forma, by the book.
Todas las actividades están protocolizadas y la operación queda libre de sorpresas. Antes de accionar un interruptor, se conocen los posibles escenarios a cada paso.
En el caso de Laguna Verde, y espero ser muy simple en esta explicación, se cuenta con un semáforo de la condición que va, como es lógico, del color verde al rojo, pasando por una cierta gama. Usando como simple ejemplo el sistema de enfriamiento, diremos que una bomba de agua debe operar todo el tiempo que el reactor esté funcionando. A este elemento se le conoce como servicio de misión crítica. No solo hay bombas de repuesto en un almacén, para garantizar la continuidad, la instalación tiene bombas ya conectadas y listas para relevar a la bomba en servicio en cuestión de segundos y de forma automática. Asumamos que el conjunto tiene 4 bombas; 1 en servicio, 2-3 conectadas en paralelo para respaldo y 4 en un almacén de refacciones. Esta condición mantiene el semáforo del sistema de enfriamiento en verde. ¿me siguen?... en un momento dado, toca el turno de revisión de rutina de una de las bombas de respaldo.
Atención: la bomba en servicio no se apaga, pero una de las bombas de respaldo debe ser separada del circuito para su revisión. En el libro dice que esta acción, controlada, llevará el semáforo de verde a amarillo. Los técnicos lo saben y proceden a ejecutar el mantenimiento. La bomba en servicio sigue contando con la segunda de respaldo. La operación no está comprometida y el semáforo estará distinto de verde por el tiempo que dure el mantenimiento del componente. Una vez realizado, se reintegra al circuito y el semáforo retorna a verde.
Jamás hubo riesgo no controlado.
El problema está en la interpretación de estas condiciones con fines amarillistas y espero ser claro.
No estoy de acuerdo con las políticas del actual gobierno.
Como muchos, opino que el señor Bartlett ya hizo suficiente mal y por muchísimos años a este país. Es incomprensible (como casi toda decisión de López) que un octogenario esté al frente de una empresa que debería estar pugnando por energías limpias. Pero en la crítica a este nombramiento y a la misma 4ta transformación, hacer amarillismo sobre la operación, impecable, de la central nuclear de Laguna verde, también critica y atenta contra la generación de energía de forma alternativa y limpia.
Hacer creer que hubo riesgo para la población en aras de descalificar a Bartlett, descalifica a la planta y de alguna forma le da la razón a López en su perorata de otras formas de generar energía que no sean de 1968, justo lo que busca, descalificar eólicas, solares, etc., con fines politiqueros y en contra del tan mentado neoliberalismo.
El amarillismo no ayuda.
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