
Vacunaciones masivas
Acaba de salir un artículo diciendo que en Reino Unido “millones de personas se pueden quedar sin vacuna”, pero eso es un título sesgado. En efecto, las autoridades dicen que se vacunarían en principio poco menos de la mitad de la población (30 M) y eso parece optimista.
El problema no es particular de RU sino que se verá en todo el mundo. Ya simplemente el hecho de desarrollar una vacuna medianamente efectiva en menos de un año, es una proeza sin precedentes y para lo cual los países involucrados (China, EEUU, RU, Rusia, Israel) se han saltado un montón de protocolos típicos de las pruebas clínicas. Esto es debido a la emergencia: pero sin duda seguirán haciendo las pruebas normales en paralelo, que normalmente tardan 3-4 años (la vacuna más rápida de la historia, la de las paperas, tomó 4 años).
Vamos a suponer que tenemos una vacuna razonablemente segura y efectiva para principios de 2021, como podría ser (las vacunas china y rusa). Esto es la parte de disponibilidad técnica, pero después hay que considerar la complicadísima parte de manufactura y logística.
Se ha anunciado que su capacidad es de 300 millones al año; probablemente se agreguen pronto capacidades de otros países, pero nadie estaba preparado para tener ahí a la mano miles de millones de frasco de vidrio de grado médico, lo que se está haciendo también.
Además de eso, hay que sumar la pesadilla de distribución internacional, que es mucho más compleja para medicamentos, por las regulaciones; aunque de nuevo, los gobiernos seguro se saltarán muchas de las reglas con tal de tenerla.
Una vez en cada país, las políticas locales deben asignar las cantidades limitadas de vacunas a la población: empezando por personal médico y poblaciones vulnerables. Es casi imposible pensar que algún país grande pueda vacunar a más de la mitad de su población para mediados de 2021.
Otro problema que no es menor, es lo que han advertido la ONU y la OMS desde hace meses: se necesita asegurar una distribución justa de vacunas en el mundo. Esto se está tratando de lograr por medio de un sistema de asignaciones llamado COVAX, para evitar lo que vimos pasar con las mascarillas en marzo-abril. En ese momento, hubo países europeos que de plano interceptaron mascarillas que iban para otros destinos, al estilo pirata.
Si bien no es muy probable que se haga algo tan bárbaro, actualmente hay un ambiente más o menos como de “casa de subasta” en el mundo, en el que los países están negociando y acaparando lotes gigantes de vacunas para cuando estén listas. EEUU ya lo hizo con la droga remdesivir en junio, y seguiremos observando estas prácticas, a pesar de los sistemas como el COVAX.
De aquí a marzo-abril de 2021 falta mucho, y se atraviesa la temporada de influenza estacional. Se requieren preparar ya las estrategias de contención para este periodo, y sobre todo seguir insistiendo en lo que sabemos que funciona: mascarillas, distanciamiento, higiene, ventilación.