¿Tons qué mi Lilly? ¿Cómo le vamos a hacer con Morena? (Marko Cortés y Lilly Téllez disparan flechas a blancos fuera de cámara en un video de apenas 12 segundos).
En estas líneas quiero externar mi preocupación por la precandidata a la presidencia de la república Lilly Téllez, creo que aún estamos a tiempo de ver las múltiples banderas rojas que Téllez nos restriega en el rostro, son tantas y tan atractivas que corremos el peligro de ignorarlas y hasta envolvernos en ellas para tirarnos al vacío cual Juan Escutia en Chapultepec.
Tengo desconfianza, mucha, y se las quiero compartir en un ejercicio de sanidad y de advertencia de lo que posiblemente vendrá.
Ya he expresado que después de 5 años de destrucción de México a manos de Morena, la tentación de dar un giro de 180 grados es tanta y tan obvia que veríamos a nuestro México continuar en una espiral de división similares a las que encabezaron los gobiernos de Bolsonaro en Brasil después del reinado de 14 años de izquierda rancia lulista y muy similar en retórica y estridencia a la administración de Donald Trump después de los 8 años de Obama en Estados Unidos.
Téllez es populista, de hecho su discurso me recuerda muchísimo a "Ya-sabes-quién": Mucho ruido y pocas nueces, aquí pondré unos ejemplos.
Téllez propone venganza en contra de López Obrador.
En diversos foros Lilly ha expresado que va a meter a López Obrador a la cárcel, no tengo nada en contra de eso, es más, nada me haría más (políticamente) feliz en la vida que ver a López tras las rejas, no tengo ningún problema con el hecho de que canallas como López Gatell, Bartlett o Gertz Manero paguen todo lo que deben, sin embargo la solución que ofrece Téllez es la de “Armar un grupo para investigar la corrupción de López Obrador”, es el mismo discurso vacío de Vicente Fox que decía que “Voy a meter a los peces gordos al bote”, o el de “las escaleras se barren de arriba para abajo” del Peje. En ningún momento habla de una fiscalía autónoma, ni de una reforma al sisema de justicia con penas más severas para los corruptos de su gobierno. Con Lilly veríamos espectáculos bochornosos como el que atestiguamos con la fiscalía de México y la corruptaza de Rosario Robles, quien a pesar de tener 2 millones de prueba de la Estafa Maestra en contra, acaba de ser exonerada por graves fallas en el procedimiento de su detención. Quiero ver a Gatell en la cárcel pero quiero que se quede ahí para siempre.
Lilly saca frases pegajosas: "Andrés controla tu estrés", "la gente se cansa de tanta transa y ni con besitos vas a alcanzar fianza". Yo no se ustedes, yo no quiero otros 6 años de ocurrencias.
Falta de autocrítica.
El lunes 29 de mayo Joaquín López Dóriga le preguntó a Téllez cuál eran sus limitaciones, Téllez, como buena comunicadora rebotó la pregunta con un… "bueno Joaquín, tú me conoces desde muy pequeña… creo que uno de mis limitaciones es que soy claustrofóbica, eso puede ser un problema porque a veces tengo que usar las escaleras y no los elevadores y me tardo un poco más en llegar."
¿Qué me hubiera gustado escuchar? Algo así como “No tengo experiencia en procesos legislativos, no tengo experiencia en funciones de ejecutivo, pero me comprometo a estudiar todos los procesos y a rodearme de gente inteligente que me ayude a trazar un plan para sacar a México de este hoyo, me comprometo a escuchar a los ciudadanos, a trabajar en x, y, y z que son las prioridades del país para entre todos sacar el país adelante." De eso… nada.
En sus discurso no incluye el respeto a la Constitución.
Lilly no menciona ni por error a la Constitución en sus charlas, el parecido con el presidente en este aspecto es brutal: Pone el interés de salvar a México pero no dice que va a respetar las leyes. Esto garantiza un choque de frente con jueces y magistrados igualito que el que estamos viendo ahora. Los berrinches por proponer leyes que no se ajusten a la voluntad de Téllez serían épicos. (Ya los vimos en Brasil, ya los vimos en USA).
Su ingenuidad.
Lilly saltó a la arena política gracias a Andrés Manuel.
Fue él el que la invitó a sumarse al Movimiento de Regeneración Nacional y participar por una senaduría en el grande estado de Sonora. Lilly engrosa las filas de ingenuos que creyeron que López Obrador, que era un estadista y no un demagogo, que era un visionario y no un retrógrada. Lilly se tragó todas y cada una de las mentiras que López dijo en 2018, y aunque debo reconocer que está atacando con todo al régimen obradorista, el hecho de que ella se haya sumado a su movimiento sin darse cuenta del peligro que representaba para México es síntoma inequívoco de su poca preparación en materia política. Sí, sí podía saberse.
Ataca a la prensa que no se rinde a sus pies.
El politólogo Jesús Silva Herzog-Márquez se atrevió a criticar a los candidatos de la oposición en una columna. En ella le dedica un párrafo a Lilly y al riesgo de ultraderecha conservadora que representa. Pues ese párrafo mereció una larga carta de respuesta al Reforma y a Silva Hérzog-Márque. Lilly no aguantó una crítica directa, con argumentos y dice que el periodista “banaliza la etiqueta” de ultraderecha.
¿Qué me hubiera gustado ver? Una Lilly más respetuosa, más conciliadora y sobre todo que bateara a Hérzog en cada una de sus puntos: Dices que no tengo ideas o propuestas… mira, te muestro mi plan de trabajo. Dices que soy ignorante mira, te demuestro que he presentado 20 iniciativas (que no las ha presentado) de las cuales se han beneficiado 400 mil familias mexicanas, propongo que al llegar a la presidencia vamos a cambiar x, y, y z artículos de la constitución para atacar el problema de violencia y corrupción. Taparle la boca con hechos, no con palabras, no gritar foul ni quejarse porque la percepción de Jesús es la percepción de muchos.
Temas que evita o que no toca.
Hay una evidente falta de contenido en los temas que toca la señora Téllez, yo no la he escuchado hablar de transparencia, energía, de narcotráfico, salud y/o educación, todos temas importantes.
Hasta ahora sus monólogos se han enfocado en atacar a López Obrador y señalar sus errores, eso le da muchísimos puntos ante la sociedad que está harta de la violencia, corrupción y franco abandono de Morena a los mexicanos, el problema es que no sabemos cuál es el plan para cada uno de ellos, no ofrece una sola propuesta coherente además de el típico “vamos a arreglarlo” o “vamos a parar la destrucción de Morena”. Eso no nos ayuda en nada y es la misma receta con la que López encandiló a 30 millones de mexicanos en 2018.
Téllez es la candidata que más le conviene a López.
Le conviene porque entraría directamente al baño de lodo, a la pocilga, al pantano en el que López Obrador lleva operando más de 30 años. La señora Téllez sería una candidata de confrontación directa, estridente y con ideas igual de descabelladas que las de López que le daría mucho miedo a la izquierda pero que a la vez no generaría atractivo alguno para votar por ella.
Es tanto el deseo de López de que ella sea la candidata de oposición que en su homilía mañanera le dio todo su respaldo “Por eso no deben de dejar afuera a Lilly Téllez, ya la están queriendo hacer a un lado, y Lilly Téllez está bien posicionada en las encuestas, entonces es muy atractivo lo que propone, dice que si gana me va a meter a la cárcel. Entonces es muy atractivo, yo tengo mucha gente que simpatiza conmigo, pero también muchos malquerientes, pues va a tener muchos votos, que no la quieran marginar”.
En resumen:
Lilly dice todo lo que queremos escuchar, la señora ofrece frases pero no soluciones, ofrece populismo pero no método, ofrece discurso pero no acciones. Y ya sabemos cómo va a acabar una presidencia de ese tipo.
¿Votaría por Lilly Téllez para ser candidata de oposición?
Creo que sí lo haría, pero con mucho miedo y me haría responsable de mi voto. Votaría con la convicción de que nada puede ser peor que Morena. Lilly es una excelente oradora y creo que arrasaría a Marcelo y/o a Claudia en una campaña presidencial. Pero también creo que ella no es la solución a los problemas de mi México (Sheinbaum y Marcelo tampoco.)
Creo que votaría por ella desde la creencia que el populismo de derecha podría ser un paliativo para el autoritarismo de izquierda en el que estamos, sin embargo no creo que sea lo que hoy necesitamos, ni creo que ella vaya a sacar a México del hoyo en el que nos metieron 30 millones de votos.