Regresa el hijo pródigo.

No hay pedazo de información intencional o accidental que López no use con alevosía política y si se analiza con calma es entendible desde el punto de vista de las experiencias que ha tenido y la manera en que él concibe la presidencia.

Su educación política se basó en ver un PRI eterno que nunca le dió la oportunidad de ser parte de esa política que añoraba.

La mayor parte de los porros buscan hacerse notar como fuerza política dentro de un ambiente escolar para ser tomados en cuenta, él no es la excepción, él buscó esta vida cuando era lo que el país tenía y mantenía a la gente sumida en la ignorancia y homogeneidad partidista. Eso cambió durante su proclamado periodo “Neoliberal”, no es que México haya dejado atrás los problemas, ni la corrupción, robos ni a la parasitaria clase política solo que las reglas cambiaron.

Se hizo una mayor pantomima legal, se desarrollaron las entidades autónomas y el sistema político cambió, uno en que los moches, la corrupción, las decisiones y las culpas debía tocar a muchos y no solo a uno. Nadie defiende el sistema político posterior a 1988, no se pone como ejemplo de rectitud ni de nada, solo se muestra que las reglas cambiaron, hubo un cambio palpable al sistema que López creció añorando.

Ojo no hay carga moral en estos comentarios, solo son hechos comprobables.

Hoy López quiere hacer de nuevo el anacrónico sistema del PRI todopoderoso, un presidencialismo sin contrapesos, pero más importante uno que siempre está en campaña.

Durante el periodo que él desdeña el gobierno tenía que mantener una farsa de eficiencia a sus programas, maquillar o no los números, pero ante la gente se regía por resultados.

Hoy el no tiene idea de como dar resultados y todo su gobierno se basa en propaganda.

Lo más preocupante es que no entiende que debería tratar de dar resultados, que ese es su trabajo, que todos sus mítines políticos, sus ataques a los “conservadores”, el show de los pinos, el avión y los lujos de sus predecesores no son su trabajo.

Atacar a sus opositores no es su trabajo.

No entiende que ya ganó, que no volverá a ganar y que si su partido permanece no puede ser por sus esfuerzos.

Cualquier actividad que el haga él para que su partido gane votantes ES UN DELITO, cualquier esfuerzo que no genere resultados en beneficio de la población ES UN DELITO y cualquier elemento que beneficie políticamente a alguno de sus allegados sobre su oposición ES UN DELITO.

El vivió un México en que el principal promotor electoral era el presidente, hoy no es así y se niega a verlo peor, se empeña en hacer que vuelva.

Hoy regresa su hijo pródigo, su carta magna de desinformación, la mejor herramienta para voltear la atención de sus pésimos resultados y el incansable objeto de “raja política”: El avión presidencial.

El regreso del Boeing 787 es un claro ejemplo de cómo utiliza los recursos de la nación como operadores políticos.

Para él, el avión ha sido cortina de humo, financiamiento, propaganda y símbolo de un “trabajo por hacer”, pero nunca ha sido avión.

Los viajes del presidente son necesarios, perder el tiempo con vuelos comerciales es un desperdicio que terminamos pagando como mexicanos. Pero es aún mayor lo que se ha hecho con el avión y los otros aviones de presidencia. La flota de aeronaves que tiene a su disposición es grande y se sigue manteniendo, la usan sus secretarios y su gente muchas veces al mismo tiempo que el usa vuelos comerciales.

Todo esto es un ejemplo de las herramientas que son solo para el mantenimiento de su imagen política.

No se diga de los costos de mantenimiento y almacenaje que no tendrían porqué ser pagados, no hay para medicinas, ni siquiera para papel de baño en las secretarías, pero se pagan millonadas por un hangar en EU.

El día de ayer uno de sus fanáticos me dijo: “Voto masivo a AMLO” a lo que respondí, Ya ganó, ¿Sí sabías?

Lo que quiere decir es que la gente sigue comprando su discurso como uno electoral, lo siguen viendo como candidato y aunque pudiera reformar la constitución para extender los periodos de mandato o establecer la reelección, también tendrían que reformarla para hacerla retroactiva ya que él ya está en funciones y legalmente jamás podrá ser reelegido.

Es tan malo él para conocer la ley y aplicarla que la lista de delitos por omisión que tiene es ya extensa. 

Para su gente se basa solo en una imagen, un ejército de desinformadores y la ignorancia del pueblo para seguir haciendo lo único en que es bueno y eso es campaña.

Cuando un periodista le pide resultados en la mañanera no lo “increpa”, cuando la población le lo hace no es por “molestar” su frágil ego, se hace como cualquiera que le pide un reporte a un trabajador, recordarle cuál es el trabajo que peleó por 18 años, no la parte que le gusta o cree, sino el que realmente tiene.

Su trabajo dejó de ser hacer campaña en julio de 2018 y aunque se ha dicho mucho hoy y todos los días posteriores debemos seguir exigiendo, aunque esté acostumbrado al show y a sacar “raja política” los mexicanos no obtenemos nada de ello, la llegada de Lozoya no se traduce en ninguna mejora para la gente, solo para su imagen. Solo desperdiciamos los recursos que son cada vez más escasos en la economía que ya destruyó por designio o incapacidad.

Pero de eso hablaremos muchas otras veces.