Existe el rumor de que EPN está enfermo. Ni lo creo ni lo deseo. Pero es una buena salida para su renuncia por su evidente incapacidad.
Andrés Manuel López Obrador, junio 15 de 2014.
Mi mamá siempre me dijo que no se le desea el mal a ninguna persona y justo en ella pensé cuando escribí estas líneas. Abro esta columna con una especulación que el mismísimo López Obrador hizo en 2014 para permitirme especular sobre su estado de salud. Si él especuló sobre el estado de salud de un presidente también yo puedo hacerlo.
¿Qué pasaría si López Obrador muere?
Vamos a empezar por describir qué sucedería si un presidente, el que fuera, muere en ejercicio de sus funciones en un país normal.
Lo primero que pasaría es que el médico de guardia notificaría al Secretario de Gobernación del fallecimiento del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Éste notificaría de inmediato a las cabezas de los otros poderes y convocaría a reunión urgente a Norma Piña, Santiago Creel y Alejandro Armenta Mier, quienes se apersonarían, junto con demás miembros del gabinete para una toma inmediata de protesta de Adán Augusto López como nuevo presidente de México.
Adán entonces procedería a dar el anuncio a la nación en cadena nacional y se notificaría inmediatamente a todas las secretarías del cambio en el poder ejecutivo. Esto sería en un gobierno normal, con un presidente normal y con un gabinete normal.
Sin embargo la 4T es todo menos normal, aquí está lo que yo creo que pasaría:
Primero que nada Adán Augusto sería notificado de la muerte de López Obrador, el secretario llamaría de inmediato al círculo cercano de López: Claudia Sheinbaum, Secretario de Defensa, General Luis Cresencio Sandoval, Secretario de Marina, José Rafael Ojeda y, en un último lugar y una o dos horas después del evento a Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal (quienes no son considerados “de confianza” en la 4T).
Claudia intentaría tomar el liderazgo y propondría que Adán Augusto tomara posesión de inmediato y sea ratificado por el Congreso de conformidad a los artículos 84 y 85 de nuestra Carga Magna (porque sabe que si Adán es nombrado presidente queda descalificado de inmediato para ser elegido presidente), Adán, nada tonto diría que López le había dicho que su último deseo era que él fuera el candidato de Morena para la elección de 2024. Adán intentaría encontrar algún vericueto en la ley para no tomar posesión.
Habrían pasado al menos 4 horas del fallecimiento de López y no se habría notificado a ningún jefe de otro poder.
Marcelo y Ricardo podrían proponer que alguno de ellos fuera nombrado presidente interino para garantizar la transición a 2024 y piso parejo, pero tanto Claudia como Adán no están interesados en una contienda limpia. Ambos querrían garantías de que serían ellos los elegidos e intentarían que se firmara algún acuerdo para nombrar al candidato antes de anunciar la muerte de López (ya serían 5 o 6 horas del fallecimiento del presidente y no habría anuncio alguno).
Amanecería en este impasse, llegarían las 8 de la mañana y Adán tendría que salir a la mañanera a decir que el presidente goza de cabal salud, sin embargo todos sabemos que López Obrador es adicto a las cámaras y el hecho de que no saliera a cuadro para decir que “Está bien” despertaría muchas sospechas.

Los primeros rumores saldrían por ahí de las 10 de la mañana del lunes. Adán, Marcelo, Claudia y Ricardo seguirían negociando. Ninguno cede porque saben que si doblan el brazo los demás ganan ventaja. Sin embargo el tiempo apremia. Ya sobre la media noche del lunes y ante la presión de medios y llamadas del Embajador Ken Salazar, demandando hablar directamente con AMLO. Se logra un acuerdo de seguir por la vía institucional. Adán tomaría posesión, pero no habría candidato de unidad.
A la medianoche del lunes (para amanecer martes) sale Adán Augusto en cadena nacional a decir que la salud de López ha empeorado (ya llevaría más de 1 día muerto).
Los medios se agolparían en las puertas de palacio y demandarían hablar con los médicos, con Adán Augusto, con Claudia. Este anuncio detonaría también la presión de los otros poderes: Norma Piña y Santiago Creel demandarían saber si López sigue al frente del país, de no ser así quieren saber cuándo es la toma de protesta del nuevo presidente. Ignacio Mier aguanta la presión pero tiene muchas dudas al igual que todos.
Sobre las 4 PM de la tarde del martes Adán Augusto saldría de nuevo en cadena nacional a anunciar el fallecimiento del presidente.
Debo decir que en este momento, la pérdida del tlatoani sería lo peor que le puede pasar a la 4T. Porque ante la falta del líder, el proceso de selección de candidato no ha sido definido, ante este vacío de la mano del líder moral de Morena, aquello se convertiría en una guerra intestina de pronóstico reservado. Lo más seguro es que Adán intentaría usar toda su influencia para que ser el candidato. Claudia intentaría fijar postura desde su plataforma de fracasos en el DF y promoverse como “La verdadera heredera del legado de AMLO”. Por su lado Ricardo y Marcelo querrían definir reglas claras para la selección de candidato, pero casi seguro serían echados a un lado y buscarían la candidatura para la CDMX y presidencia por parte de MC o PT. Sería la quiebra de todo el proyecto alternativo de nación y literalmente en México no habría quién tomara decisión alguna (buenas ni malas).
Cierro este artículo pensando en aquellas palabras de mi madre, y me invade el pensamiento de que López ha tomado decisiones que han costado muchas vidas, que ha sido insensible al dolor de muchos y que ha ocasionado sufrimiento a millones de familias. A veces he llegado a pensar que López Obrador no es humano.
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