¿Por qué el desprecio a la ciencia del conocimiento?
El presidente López Obrador siempre ha mostrado desprecio al estudio, al conocimiento científico y social, prueba de ello fueron los 14 años para concluir una Licenciatura de 5 años.
Bajo su perspectiva e ignorancia, él mismo aseguró que al realizar su tesis debió ser reconocido por las autoridades de la UNAM. Así de enorme es su ignorancia y falta de respeto a los estudios académicos.
¿Recuerdan cuándo siendo candidato aseguró que no tenía ninguna ciencia extraer petróleo? Bastaba con hacer una perforación, meter un popote y sacar el combustible fósil.
Así de simple y rupestre es su razonamiento. Claro, sumado a la perversidad que le caracteriza para menospreciar a todo aquel que logra alcanzar con muchos esfuerzos, nivel de estudios superiores.
AMLO seguramente no tiene la menor idea de cómo lograr un diplomado, una especialidad o maestría, alcanzar un doctorado o grado superior después de otros 5 años o más de estudios superiores. Si alcanzar la Licenciatura le llevó 14 años, el doctorado otro tanto, entiéndase casi 30 años en las aulas y terminar siendo un “porro”.
De ahí que no reconozca a los médicos con grados académicos de especialidad que les permiten perfeccionarse en una rama específica de la medicina. No, para el presidente todos son iguales.
Lo mismo sucede con aquellos que estudiaron la licenciatura en Derecho. López apenas comprende lo elemental, sumado a la perversidad de menospreciar a todo aquel que se supera. Por eso promueve la mediocridad en el pueblo, salvo en su familia claro está; de ahí que haya degradado la educación pública básica y media, reformando el sistema de educación.
El grueso de sus legisladoras y legisladores piensan y actúan igual, se mimetizan, excepción de aquellos que expolian el presupuesto público, como algunos legisladores que llevan años en el poder, viviendo bien sin producir absolutamente nada. Generan problemas.
Todo ello viene a colación a razón del menosprecio que ha demostrado en contra de todo aquel que imparte justicia. Muchos años para perfeccionar el conocimiento académico y práctico en diversas materias del Derecho.
¿Sabrá AMLO que la ciencia del Derecho Positivo Mexicano se compone de diversas disciplinas como el Pena, Laboral, Administrativo, Civil, Amparo, Familiar, Electoral? Entre otras ramas.
Supongo que no, por ello el desprecio a la delicada y trascendente labor de la impartición de justicia. Muchos años para aprender y dominar esas materias, además de obligarse a tomar cursos de actualización a razón de tantos cambios legislativos que se les ocurren a las y los diputados; ajustarse a las tesis y jurisprudencias, otras normas aplicables.
No es la mismo atender un juicio de Amparo que otro de naturaleza laboral. Cada proceso es distinto, eso lo debe ignorar López Obrador.
Entiendo que, tanto él como sus ignorantes seguidores, desconocen que para cada proceso existen plazos, términos, pruebas, demandas, desahogo de periciales; vamos, infinidad de diferencias que hacen de cada materia un mundo del Derecho diferente. De ahí que el simplista e ignorante mandatario asegure que un recién egresado puede hacer el trabajo de impartir justicia ¡Tremenda aberración!
Un juicio se puede perder por el simple hecho, pero no por ello importante, de no responder en tiempo cualquier demanda; un plazo o término, si se deja pasar, se pierde la oportunidad de defensa ¿Sabrá de las instancias que existen en nuestro sistema procedimental? Puedo asegurar que lo ignora, sin perder de vista su perversidad. Sabrá qué significa ¿Primera Instancia, Segunda Instancia, Amparo, revisión, procesos de inconstitucionalidad o controversias constitucionales, etcétera? ¿O qué decir de las apelaciones y otros recursos ordinarios para impugnar cualquier resolución? Ni él ni sus legos seguidores saben nada, por eso menosprecian la impartición de justicia.
Para López, según su escaso razonamiento, el juez simplemente se para frente a las partes en conflicto y decide el Derecho, quién tiene la razón y quién no la tiene; justicia populachera, ni los “jueces de barandilla”. Si una de las partes en conflicto es “rica o pudiente”, para él será el culpable, la justicia en favor de los pobres. Así de rupestre y arcaico su pensamiento. Acendrar el odio entre las clases sociales; pérdida de la seguridad jurídica.
Además de semejantes barbaridades por su falta de conocimiento en la materia y minusvalía del esfuerzo por el estudio y preparación académica y profesional, los regímenes políticos socialistoides, se caracterizan por subordinar el ejercicio de la justicia al servicio del Poder, no al servicio de la sociedad. Son destructores de los sistemas democráticos, ese es el mayor objetivo que persigue AMLO: destruir nuestro sistema judicial; a la vez que nuestro sistema democrático.
Un pueblo sabio nunca debe permitir la degradación o desaparición del sistema de justicia en su propio perjuicio.
A eso los está –nos– llevando la perversidad del presidente López Obrador y sus irracionales huestes.
Los órganos electorales los han cooptado. Van por perpetuarse en el Poder Público.