El día domingo el presidente de México declaró que “la pandemia va cediendo, ya va bajando”, esta se une a una serie de declaraciones, falsas o abiertamente mentirosas que dan la falsa percepción de que en México se está controlando algo que está fuera de control: El coronavirus SARS-CoV2.

López Gatel, infectólogo de profesión, se ha prestado como comparsa de un juego perverso, el manejo médico de el virus más peligroso de los últimos 100 años cayó en manos de la peor administración, y en manos de un infectólogo que fue seducido por un el discurso populista de un demagogo barato.

Ya lo he dicho en este espacio: a un virus no lo puedes marear con un discurso de 2 horas, a un virus no va a desaparecer por hacerle bullying, ni por negar su existencia, el virus avanzará despiadadamente.

En el transcurso de casi 5 meses desde que se sonó la alarma por parte de la World Health Organization, se ha dicho que el virus no es tan contagioso, no es tan letal, que no nos van a hacer miedo las pandemias, que solo le da a los ricos, que ser honesto ayuda a que no te dé el coronavirus, vaya, el gobernador de Puebla se atrevió a decir que el coronavirus se curaba con un buen molito de guajolote, en fin, ninguna de las declaraciones de los líderes más visibles de nuestro adorado país han sido del lado responsable, de advertir a la población, de anunciar medidas drásticas y actuar con el ejemplo.

Hablando de ejemplo, ¿Recuerdan cuando López Obrador se negó a usar gel sanitizante a la entrada de su conferencia? ¿o que esta semana lo vimos usando un cubrebocas porque TUVO que viajar a Washington DC por habérselo pedido el presidente de Estados Unidos? Si sumamos 30 millones de personas que votaron por López Obrador, e incluimos unos millones más de personas que se quedaron sin empleo (9 millones informales y 3 millones formales) y encima de eso ponemos otros millones más de mexicanos tercos, machos o tipo no-pasa-nada tendremos a un tercio de la población actuando irresponsablemente.

La gente tiene mucha culpa, sí, pero también el gobierno blandengue que ellos representan, la falta de seriedad y de dirección no deja para menos.

La falta de políticas claras como el ponerse cubrebocas, la falta de estrategias gubernamentales como el invertir en compañías farmacéuticas especialistas en vacunas (Estados unidos recién invirtió 1.8 Billones de dólares en una compañía farmacéutica para acelerar el desarrollo de una vacuna, México ha invertido 0 pesos), en pocas palabras: La falta de liderazgo ante la mayor crisis sanitaria que ha enfrentado la humanidad es simplemente apabullante.

López Gatell está llegando al punto de quiebre, entre conferencias en la mañana, conferencias en la tarde (todos los días, porque así lo manda el jefe) El tono de su voz a cambiado su tono de “sabelotodo” a exasperado y últimamente a pretender culpar a los Estados y municipios por el desarrollo de la pandemia.

Al final quienes usen el sentido común, que es el menos común de los sentidos serán quienes sobrevivan sin contratiempos a esta terrible enfermedad. El angel de la muerte se pasea en México, en una reciente encuesta tan solo 12% de las personas no conocía a alguien que hubiera muerto o enfermado de coronavirus, es un porcentaje bajísimo, que puede tener consecuencias serias en la imagen del presidente de nuestro país.

Cuidémonos nosotros, porque en esta y en las que siguen estamos solos. La estrategia nunca fue cuidar a la población, la estrategia siempre fue cuidar la imagen del líder.