Línea 12: Los otros datos matan.
La administración del licenciado de 14 años y matraquero favorito del ex presidente Donal Trun, Andrés Manuel López Doblador tuvo mucha prisa en cerrar el caso de la línea 12.
Para todo mal que azota a México López tiene un pretexto anclado en “el pasado neoliberal” o “la corrutzión de los conservadores”. Así es en la violencia, así en la economía, así funciona en la educación y también en la salud. López nunca toma responsabilidad de maldita la cosa.
En ese sentido el accidente de la línea 12 es un rara avis: La planeó y la construyó su canciller y auxiliar en dobladas profesional Marcelo Ebrard, y la operó y mantuvo su (ex) candidata a la silla presidencial la doctora Claudia Sheinbaum. También hay que recordar que esa línea fue construida por el contratista favorito de palacio (no, no es José María Riobóo) me refieron al Ingeniero Carlos Slim y administrada por el presidente del partido Mario Delgado.
La línea 12 es de ellos, no hay para donde hacerse.
Un síntoma del xhairismo crónico es el uso frecuente de los otros datos. Esa maldita frase que hace que el cerebro se nuble y el fanatismo extremo tome control de la narrativa. Es frase es responsable por la mitad de las tragedias que actualmente vivimos en México.
En aquellos días Marcelo intentaba ganar la candidatura de la presidencia de la república al Licenciado López, para ello, el carnal se dispuso, con la ayuda económica del gobierno Federal encabezado por el “espurio” Felipe Calderón (Curioso como no lo reconocían como presidente pero si aceptaban las participaciones federales) a construir e inaugurar la primera línea en 13 años. Entonces se dispuso a hacer hasta lo imposible con tal de conseguir ese hueso.
Los otros datos, las presiones, los cortos tiempos de entrega y la corrupción se sentaron a la mesa junto con Ebrard, Mario Delgado y Carlos Slim para planear una obra de bajo costo, mucha mochada (Porque había que sacar un guardadito para la campaña de Ebrard que terminó disfrutando López).
Una de las cosas interesantes de la ciencia es que le valen madre los otros datos.
Una piedra continuará cayendo a 9.81 m/s2 le guste a López o no le guste a López. El concreto tendrá un fraguado óptimo a los 30 días le apure a Ebrard o no le apure a Ebrard, el momento de carga de una pieza quedará definido por fuerza multiplicado por distancia sea tiempo de elecciones o no sea tiempo de elecciones.
Desafortunadamente para las 27 víctimas de la línea 12, todos esos factores se conjuntaron en un lugar determinado para lograr un punto de quiebre, un punto donde el peso de los trenes venció (A pesar de los otros datos) la resistencia presentada por el concreto, los pernos y la varilla y se desplomó con los resultados ya conocidos por todos.
La línea 12 es una muestra inequívoca de lo que pasa con México: Por más que se proteja a delincuentes de elección popular, por más que se oculte la responsabilidad de los favoritos del palacio, por más que se muestren los otros datos, la realidad, la ciencia, las matemáticas, la economía y el mercado se encargarán de recordarnos una y otra vez cuál es la realidad.
La tragedia de la línea 12 pudo haberse evitado, sin duda, para eso se habría necesitado visión de estado, para evitarse se tendría que haber planeado adecuadamente, se tendría que haber calculado y auditado por especialistas con el debido tiempo, con la debida preparación, para eso se tendría que haber confiado en el proceso de administración de proyectos, se tendría que haber puesto el proyecto en manos de la ciencia y se tendría que haber tenido un gobernante con dos dedos de cerebro. No fue así.
Hay quienes se emocionan al ver a Marcelo Ebrard y ven en él a alguien “rescatable” de la Cuatroté. Yo no lo creo. Para mí Ebrard es tan solo un criminal, que por tal de empujar su agenda personal es responsable y cómplice (junto con la ex esposa de Carlos Imaz) en esta tragedia.
No, Ebrard no es presidenciable, si acaso es un inepto con sangre en las manos.
Pero puede estar tranquilo, porque está en el lugar correcto en el momento correcto. Con tan solo agachar la cabeza y lustrar un par de zapatos (sucios) del Macuspano, estará a salvo.
Vaya usted a saber cuántas sorpresas de este tipo nos habrá dejado López y su claque al salir en 2024. Quien asuma la presidencia tendrá que desconfiar de todo lo que se hizo en 6 años. Y actuar con responsabilidad, actuar con entereza y meter al tambo a quien resulte responsable.
Cualquier otra cosa será, al igual que hoy, ser un cómplice.