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El presidente.

Embriagado de poder.

México tiene a un "borracho seco" embriagado de poder en Palacio Nacional.
Imparable Fer
Imparable Fer

El médico José Antonio Elizondo López escribió el libro “El síndrome de la borrachera seca” (SBS), constituido por doce indicadores o síntomas que definen las características del individuo alcohólico en recuperación que, si bien ha dejado de tomar, no muestra mejoría ni en su conducta, ni en su estado general.

Están en él el malestar y la insatisfacción —descrita como una anormalidad psicológica o neurosis— y sus aspectos negativos de carácter no solamente no se han modificado, sino que tienen la posibilidad de llegar a profundizarse.
Me vino a la mente el Síndrome de la Borrachera Seca al ver la falta de inteligencia emocional, así como la serie de conductas vengativas y de resentimiento que ha mostrado el “residente” de Palacio Nacional en las últimas semanas, a partir del destape de “La Casa Gris”:

El evidente conflicto de intereses y corrupción de su gobierno que involucra además a su hijo José Ramón López Beltrán.

En el actuar del presidente podemos ver el claro ejemplo de un “borracho seco” actuando, entre otros, el síntoma número 3 del SBS: “El Escorpión Amargado”, teniendo aquí una extraña coincidencia ya que éste (escorpión) también es su signo zodiacal.
*Cito al Dr. Elizondo: “Escorpión”, llamado también alacrán, es un arácnido de vida nocturna, que pasa el día oculto bajo las piedras y por la noche sale a cazar. Su característica más llamativa es el agudo aguijón en que termina su cola. Este aguijón está provisto de una glándula venenosa y cada vez que pica segrega una tóxica ponzoña con la que suele destruir o dañar a sus víctimas.

Se dice que cuando el escorpión no logra picar a su víctima, se clava a sí mismo su venenoso aguijón provocando su muerte.

A veces los seres humanos y, en especial, quienes no han tenido la posibilidad de liberarse de sus resentimientos, se comportan de una manera similar a estos arácnidos y, la persistencia de sus resentimientos los hace caer en una crónica amargura existencial que les impide alcanzar el estado de sobriedad. Éste es otro tipo de borracho seco a quien hemos nombrado el “escorpión amargado”. El resentido vaga por el mundo como escorpión; envenena todo, y cuando su aguijón falla en su intento de agredir, se pica a sí mismo provocando su propia destrucción.

Resentimiento quiere decir volver a sentir. El resentido está atrapado en ese sufrimiento psicológico que provoca el rencor. El resentido sigue sintiendo esa desagradable sensación porque de alguna manera se mantiene encadenado al recuerdo. Está atrapado. No puede salir.

amlo enojado 1

El resentido está anclado en el pasado. La situación que generó el resentimiento queda guardada en su memoria emocional y, cada vez que evoca, en su interrelación con otras personas a lo largo de su vida situaciones semejantes, vuelve a sentir (re-sentimiento) el dolor psicológico de la primera experiencia, repitiendo lo ocurrido una y otra vez en su mente. Al repetir esto durante mucho tiempo, el resentimiento se alimenta solo y el resultado es que el resentido se envuelva en la auto conmiseración.

Lo anterior hace que el resentimiento se vuelva la fuerza propulsora de sus vidas; por supuesto, una fuerza propulsora muy negativa que convierte al resentido en ese escorpión que va emponzoñando a todo el que se le acerca y que finalmente termina destruido por su propio veneno.

Hay resentidos famosos en la historia que hicieron de su resentimiento la fuerza propulsora de sus vidas.

Tal es el caso de Adolfo Hitler, que con su resentimiento ancestral hacia los judíos desencadenó el terrible holocausto, o el reciente caso del terrorista saudita Osama Bin Laden que tanta destrucción provocó con su rencor hacia los estadounidenses.

Así en su escrito, el Dr. Elizondo describe varias de las características de “la borrachera seca”, haciendo uso de metáforas, viñetas, letras de canciones para ejemplificar, de una forma bastante concreta las 12 características del “borracho seco”, (cualquier coincidencia con Andrés Manuel, no es coincidencia, son los sesgos cognitivos propios de su embriaguez de poder).

1. El niño rey. Inmadurez infantilismo, estancamiento del crecimiento emocional.

2. Maestro de la excusa y campeón del pretexto. Actitud permanente de deshonestidad ante sí mismo y los demás.

3. El escorpión amargado. Amargura e insatisfacción existencial por persistencia de los resentimientos.

4. Navegando con bandera de culpable. Permanente sentimiento de culpabilidad con autodevaluación, minusvalía y tendencia al autocastigo. (La prepotencia es proporcional a la inseguridad y ésta a la baja autoestima).

5. Dime de que presumes y te diré de que careces. Egocentrismo, autosuficiencia neurótica, mal manejo de la agresividad y tendencia a la omnipotencia.

6. El miedo al miedo: la necesidad de no sentir. Miedos permanentes: Actitud de temor ante los retos de la vida con angustia y tensión continuas. (Nuevamente la prepotencia es proporcional a la inseguridad y ésta al miedo).

7. La depresión esa agonía interminable. Depresión cíclica o permanente con actitudes de pesimismo y desmotivación.

8. El macho menos. Ingobernabilidad sentimental. (Cosificación de las mujeres).

9. El síndrome del avestruz: no veo, no oigo, no hablo. Negación de su realidad con persistencia de los mecanismos de racionalización y proyección.

10. Transformarse, para no cambiar. Sustitución de las conductas negativas por otras igual o peor de deshonestas.

11. Los adoradores del becerro de oro. Espiritualidad ausente o muy empobrecida con soberbia intelectual, tendencia al materialismo y nula o poca fe.

12. El beisbolista: ni pichan, ni cachan, ni dejan batear. Comportamiento inadecuado en su lugar de trabajo, como en su grupo de ayuda.

La sobriedad emocional significa “aprender a vivir a través de un continuo crecimiento emocional que permita alcanzar la madurez”. El “borracho seco” es el que no ha madurado, es un “bebé emocional”.

Alcanzar la sobriedad implica la práctica de cualidades como la libertad, la honestidad y la humildad, desarrolladas en un marco de disciplina, perseverancia, determinación de cambio y mente abierta.
México necesita un dirigente sobrio, que no se embriague de poder, que sea sano emocionalmente, que no quiera aparentar fuerza de carácter confundiéndola con prepotencia, una persona fuerte de carácter no se desequilibra con cualquier cosita como AMLO.

tres amlos azul

La buena noticia es que así como la familia y amigos de un borracho pueden ser felices, sanos y vivir en plenitud a pesar de que su alcohólico no cambie; así los mexicanos tenemos la posibilidad de vivir vidas plenas y felices a pesar de que nuestro presidente sea un borracho de poder sin rehabilitar, pero para eso necesitamos romper cada uno de nosotros todo tipo de dependencia del Estado, dejar de querer cambiarlo a él y empezar el cambio en nosotros mismos, sanar la codependencia es posible, pero de eso hablaremos la próxima vez.


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La libertad puede peligrar por el abuso de libertad, pero también por el abuso de poder.

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