En los últimos días, en cualquier red social, y casi en cualquier medio informativo de México, hemos leído el mote “El Cacas”, en referencia a nuestro “flamante” presidente; y fue tal la viralización, que la inteligencia artificial de Apple, Siri, respondía a la pregunta:
–¿Quién es El Cacas?
– Andrés Manuel López Obrador Mientras continuaba leyendo su biografía; respuesta que considerada un error, fue corregida.
Este apodo, autoimpuesto por el mandatario, al dar una charla pública ante pobladores de Milpa Alta, surgió en referencia a la corrupción: “El corrupto es mal visto, estigmatizado, ¡fuchi, caca!”– dijo, con tal propiedad que pareciera dar una orden ejecutiva; y no es la primera vez que el mandatario hace uso de lenguaje soez, vulgar y populachero, al hablar en público y ante medios. El pasado 8 de septiembre en Tamaulipas, no solo tuvo el desatino de mandar al carajo a la delincuencia, sino que uso su ya conocido “fuchi-guácala” para referirse a ella y la corrupción, por supuesto, sin ninguna estrategia, plan, o propuesta para solucionar los problemas que más apremian a los mexicanos.
López no solo a llenado cada mañana de los mexicanos de discursos manipuladores y pretendido gobernar a base de frases huecas, en las que detona su nivel psicosocial; se ha encargado de insultar y poner apodos a cuanto se le pare enfrente y le haga oposición. El año pasado también fuimos testigos de cómo López Obrador hablo de la “hipocresía del conservadurismo” y dijo que existe una prensa y un partido “Fifi”, y así, el hombre que toda su carrera política ha hablado de democracia e igualdad, y se autoproclama como un luchador social de izquierda, comenzó una de las más marcadas divisiones vistas en los últimos años: estás contra López, eres “Fifí”, estás con López, eres “chairo”.
El ejecutivo, no solo no ha ayuda a vencer lo que divide realmente a los mexicanos, no ha generado empleo, no combatido a la pobreza eficientemente, no se han atendido las necesidades del campo, ni tampoco ha sido suficiente el apoyo al Sector Salud, y como se sabe, no se han disminuido los índices delictivos. López nos ha dividido más, y conseguido poner en contra a los unos, contra los otros, y mientras discutimos entre nosotros, se cierne una sombra sobre de México.
Aquellos compatriotas que se sintieron agraviados por el mote “El Cacas”, no olviden el dicho “Shit hits the fan”, y ciertamente, "El Macuspano" ha lanzado bastante al ventilador, lo lógico y esperado es que termine embarrado de lo que por su boca sale.
Más allá de su lenguaje ordinario y arrabalero, que pone en mal a México, y con el que pretende agradar a las masas, y agredir a sus adversarios, está el trasfondo: a López se le acabaron las palabras para endulzar el oído del pueblo, y no quedan más promesas que hacer, sabemos que no cumple, sabemos que no puede, sabemos que ya no hay más. Solo inmundicias.
