¿Quién mueve a quién?
El perro y la cola

“Why does the dog wag it's tail? Because a dog is smarter than it's tail. If the tail were smarter, it would wag the dog”.
La gente informada es el enemigo del Estado totalitario, que se basa en el culto a la personalidad y una realidad mutable proveniente de las necesidades de una sola persona.
Mientras la realidad se deba ajustar a las ideas e intenciones del gobierno se seguirá creando un sistema de propaganda que manipule “on demand” los hechos y las opiniones.
Aún antes de llegar a presidencia López requirió de un fuerte aparato de propaganda que cambiara la opinión pública de acuerdo a sus necesidades, esta no es idea suya, es parte de los gobiernos populistas desde la Alemania Nazi y ha sido perfeccionado por sus socios latinoamerícanos.
Los políticos son como la cola del perro, simples personas que necesitan mover masas mucho mayores, o sea, la cola que mueve al perro. Ahora bien, para hacer esto es necesario cambiar la realidad, o la cola se vuelve más grande y fuerte que el perro o se manipula al perro para hacerse más débil y estúpido.
Para empezar López requería un Estado en el que la gente no tuviera memoria más que para aquello que él quisiera, un lugar en que la realidad sea mutable y en el que la gente viera sólo el México que él quería. Es por eso que existe una “Mañanera”, un estado de repetición de la doctrina Blabladorista así como de la creación diaria de la pauta que debe seguir la gente, la reinvención postmoderna diaria de la verdad útil con la ayuda de los pagados, los convencidos y hasta de los críticos.
La realidad se reinventa todos los días, de acuerdo a las necesidades requeridas, la nota no existe si no pasó primero por el filtro de los propagandistas de Morena ya sea para bien o para mal.
Para este momento ya no importa la incongruencia, los datos siempre serán otros y eso es ya intrascendente, no importa si el señor cambia de idea o si ahora es otro el villano ya que la realidad cambia a su disposición.
Es el muro de “La granja animal” y la palanca arquimediana que permite que la cola mueva al perro ya que este quiere ser movido.
Se cree que López sale todos los días a improvisar y decir payasadas, pero ese es el éxito de este gobierno, es el chasquido que ha acostumbrado a su gente a escuchar para esperar el nuevo reinicio de la realidad y creer ciegamente en lo que digan que debe ser verdad.
No importa si hoy dice “No sabíamos nada del Mayo”, mañana dirá una cosa diferente y al otro día otra, ya que este espacio no cuenta con que la gente tiene poca memoria, sino que la fé es más importante que la razón.
Es a través de este espacio en el que se rifan aviones y que se indulta a los estafadores, en el que un apóstol de la 4ta usa para victimizarse y llorar sin probar nada ya que, de todos modos, mañana se le hará a la gente a pensar en algo diferente.
El cinismo no es un accidente, ni es un estilo de vida o un error, es intencional.
La gente está dispuesta a creer lo más fantástico si se repite lo suficiente por todos los medios pagados y entre más falso, pero más convincente son capaces construir un tren que nadie requiere y comprar el nombre de una aerolínea extinta mientras lo diga con una sonrisa, un chiste y el siempre deseado ataque al enemigo creado por la necesidad de culpar a alguien para sentir redención por su miserable vida.
Le hicieron creer al simpatizante de Morena que su voto es para atacar a los que odian, que es una mentada a los que tienen lo que ellos no, que son clavos de ataúd a los que lo han logrado. Que la corrupción, robo e ineptitud son sólo pequeños costos que pagar para ver sufrir a sus enemigos. Pero si se analizara sólo un poco podrían ver que son el perro movido por la cola, son cuentos y son placebos para sentir que son parte de algo, pero jamás lo serán.
Los políticos de todos los partidos siguen ahí, la impunidad es cada vez mayor y la ineptitud corre de manera omnipresente, pero la gente cree ser feliz mientras crean que alguien les hace justicia, aunque sólo sea una percepción.
El problema dejó de ser él ya que todo político hará lo que sea para seguir viviendo de otros, el problema es que la gente no sólo lo acepta, sino que ahora también lo defiende.
Cada vez estamos más y más en un punto en que la gente exige que les digan qué creer y a quién atacar, que ese enano furioso en la TV tiene alguna respuesta. Pero más aún porque se les creó el deseo y la necesidad de ser movidos por una insignificante cola de perro.