Desde las elecciones del 2018
El daño está hecho


Desde la campaña para las elecciones federales del 1 de julio de 2018, se sentía en el ambiente que Morena, el partido del actual presidente López, ganaría por amplio margen. Incluso en el ámbito familiar, muchos experimentamos la impotencia de escuchar a parientes convencidos de que López era la solución a los problemas del país y que estaríamos mucho mejor.
Como si actos expuestos de corrupción como los casos de Bejarano y Ponce, y actos en los que el actual presidente desafiaba a la ley no fueran suficientes para que todos entendiéramos el peligro que representaba López Obrador.
Así que desde el día que López ganó las elecciones presidenciales, el daño está hecho al país.
El daño ya fue infringido, porque a partir de ese día, algo cambió en este país. Desde ese día, ya no hubo prácticamente nada que se interpusiera para que el presidente realizara sus caprichos. El primero, la cancelación del nuevo Aeropuerto Internacional de México. Sin presentar nunca prueba alguna de corrupción y aplicando una consulta totalmente ilegal, mal hecha e improvisada, se canceló el proyecto y junto con el, la posibilidad de recibir mas inversión extranjera.
El daño ya fue infringido, porque desde ese día, el presidente empezó a secuestrar organismos autónomos, poniendo personas cuya única virtud es su incondicionalidad al tabasqueño.
La más burda de todas, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Poniendo a la esposa e hija de asesinos, que desde entonces calla ante las flagrantes violaciones de esos derechos que comete el presidente.
Hay muchos más hechos que confirman este daño ya realizado, por ejemplo, el desabasto de combustible, los genocidios por pésimo manejo de la pandemia y por la provocación de un desabasto de medicamentos e insumos médicos que ha provocado sangre, dolor y muerte en muchas familias mexicanas.
Ya de seguridad ni hablamos, por que López Obrador ha dejado más que claro que es aliado de los criminales.
Irónicamente, el daño no es mayor gracias a la propia soberbia del presidente, algo que comenté en este mismo espacio. (¿Nos habrá salvado su soberbia?).
A estas alturas, la única noticia regular es que en las elecciones de junio de 2021, fuimos capaces de quitarle al gobierno tres importantes espacios: la mitad de la ciudad de México, los municipios del estado de México que comienzan en Naucalpan y siguen sobre la carretera hasta que empieza Querétaro o “corredor azul” como se le conoció y, lo mas importante, la mayoría calificada de la Cámara de Diputados.
Y la noticia es “regular”, porqué debido al estilo gansteril del gobierno y a que muchos políticos mexicanos tienen largas colas que les pisen, existe el riesgo de que diputados de los partidos de oposición voten a favor de reformas constitucionales que no deberían ser aprobadas.
Las dos mas perjudiciales: la reforma de la industria eléctrica y la que afecte al Instituto Nacional Electoral.
Ante esta situación, quedamos solamente los ciudadanos regulares, de a pie, que queremos un mejor futuro. Para nosotros, hace unas semanas apareció una luz en la obscuridad, esta lucecita es la revelación del lujoso estilo de vida del hijo mayor del presidente, José Ramón López Beltrán y su esposa. Aún cuando ya se sabían algunas cosas, como sus viajes en jet privado, vacaciones en lugares que frecuentan las elites mundiales y asistencia a eventos deportivos exclusivos, esta vez, el discurso presidencial sobre austeridad quedó deshecho.
Pedir a los ciudadanos que vivan con un solo par de zapatos o un auto austero, mientras el hijo se mueve en una camioneta Mercedes Benz, es muy incongruente. Pero, además apareció el fantasma de la corrupción, ya que todo el asunto de la llamada Mansión del Bienestar, está rodeado de extrañas coincidencias que ya todos conocemos.
Así que ante un daño que ya está hecho, los ciudadanos debemos unirnos para presionar todos los días sobre el Houston Gate, como ya también se conoce. Presionar sobre el asunto puede provocar que la falsa imagen que el presidente ha construido se desmorone ante los ojos de mas personas cada vez, que López, desesperado, cometa errores, como los de atacar sin recato a periodistas y olvidarse de gobernar y con todo esto, debilitar todo su enorme poder acumulado. Esto último haría que muchos piensen dos veces si seguirlo apoyando o mejor se distancian, con lo que sería mas factible mantener sin aprobación las reformas constitucionales que no se hicieron en la primera mitad del sexenio.
Entendiendo que hay enormes problemas, nuestra mejor apuesta es mantener el caso de José Ramón vivo y que esto provoque más investigación.
En una de esas, las autoridades americanas encuentran algo y entonces si sería el fin del sexenio.
Para terminar, espero que los periodistas sigan apoyando el caso y amplificándolo. Recordemos que el daño está hecho, desde que 30 millones de compatriotas pusieron en la silla a un porro, ignorante, mentiroso y resentido individuo.