Y entonces deambulo de la cama al suelo
Más nada me calma nadie da consuelo
Maldigo mi suerte
Bendigo mi muerte
Bienvenida a mis infiernos” (Héctor Manuel Calixto)
Bienvenida a mis infiernos,
están llenos de ternura
parece sensual locura
para disfrutar mil intentos,
con sentimientos internos
rienda suelta a la pasión
que emana el ardiente corazón.
Dónde estorba la ropa
compartir besos, una copa,
amaneciendo en fusión.
“Pa’ amanecer en fusión” (Jesús Garza Paz)
Pa’ amanecer en fusión
no hace falta decir nada,
basta con una mirada
directa del corazón
para ceder sin condición,
basta un profundo suspiro
para parar el respiro,
basta con una caricia
para creer la noticia
de acaparar tu zafiro.
“Eres mi vicio” (Héctor Sisán)
Eres mi vicio, luz que me arrebata,
la fiebre ansiada, mística y querida,
la poma astral, vedada y permitida,
que por la noche aviva mi fogata.
Eres pecado santo en mi sonata,
sol sin papel que enciende mi guarida,
luz que en mi ruta irradia bendecida,
beso callado, vela en mi fragata.
No hay dignidad perdida en esta historia
de amor gritado a voces silenciosas,
solo el fragor del fuego en la victoria
del dios que atina flechas sigilosas,
prohibir amor no encaja en la oratoria
de quien a amar instó en letras piadosas.
“Prohibir amor” (Soleá Mercé Sernet)
Prohibir amor no encaja en la oratoria.
No soy ni juez, ni soy la delatora.
Soy ese beso, silente inesperado,
y soy la piel de verso no expresado.
Soy fiebre en sueño sutil predestinado.
Y soy fragancia de fuego arrebatado.
Soy golondrina volando hacia la nada.
Y azul de luna y estela perfumada.
A nadie espero, sin duda solo espero,
amar sin fin, amanecer viajero,
tu piel, mi piel bastase hasta la aurora,
despierte y sea, no sueño, sea ahora.
“Así, sin pensarlo y de repente” (Gus Azul)
Así, sin pensarlo y de repente
me enamoré perdidamente
cómo nunca lo pensé.
Así, me he enamorado de una niña
que con su amor trajo a mi vida
¡todo lo bueno que anhelé!
“Me aferro al recuerdo” (Sergio Chávez)
Me aferro al recuerdo, más viendo tu foto
no ayuda a curarme, más palia un poco.
No puedo conmigo.
Ya nada consigo.
Y entonces deambulo de la cama al suelo,
más nada me calma, nadie da consuelo.
Maldigo mi suerte.
Bendigo mi muerte.
Tal vez es locura
o tal vez amor.