AMLO promueve acuerdo de lucimiento político "Acuerdo Nacional por la Democracia"
Este martes, acudieron 30 de los 32 gobernadores al llamado de AMLO para la firma del “Acuerdo Nacional por la Democracia”. Por razones de compromisos previos, los gobernadores de Jalisco y Sinaloa no pudieron acudir a la “ceremonia” en la que se propuso a los gobernadores respetar la Constitución y leyes que de ella emanan, en lo que resta del proceso electoral.
Habría que destacar la voluntad política de todos los gobernadores para acudir al simulacro o simulación en donde se comprometen a cumplir lo que todos protestaron hacer desde que tomaron posesión del cargo que hoy ostentan. Es ridículo establecer un compromiso que está plasmado en la misma ley. Todos, gobernantes y ciudadanos, estamos obligados a cumplir las leyes prohibitivas. Así de simple.
La amenaza legal al quebrantamiento de la ley: es el castigo.
Por eso el simple “lucimiento político” de AMLO, al tener éxito en la convocatoria, no en si por el contenido de la firma del apócrifo acuerdo que ya se contempla en diversas normas, empezando por la misma Constitución.
A más de alguno sorprendió la presencia en el acto político del Fiscal “autónomo”, Alejandro Gertz Manero. Se preguntaron ¿para qué el Fiscal? Simple. Es el responsable de aplicar la ley en materia de delitos electorales por tratarse de su ámbito de competencia. Otros más se preguntaron el por qué no estuvo presente José Agustín Ortíz Pinchetti, responsable de la FEPADE; quien, por cierto, de inmediato criticó el acuerdo del INE, considerando que se extralimitaron al cambiar las reglas. Esa expresión es parcial y, curiosamente, coincidente con el criterio del delincuente electoral de Mario Delgado ¡Ah, pero es el responsable de los delitos electorales! Hubo quien se preguntó la ausencia en la “reunión social” del Fiscal de la UIF. Total, comentarios aparte, simples especulaciones. Esas otras autoridades que también estuvieron en la sesión de firmas o las ausentes, tienen exactamente la misma obligación: cumplir y respetar la ley.
Luego vendrían las incómodas preguntas al gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, por aquello del juicio político en su contra para desaforarlo y el llamado que le hace la Fiscalía General de la República. El gobernador simplemente no respondió a los morbosos periodistas.
También estuvo el “florero” de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Se trató de un simple acto político, el cual han llevado a cabo otros gobiernos; fue una réplica. Firmas de acuerdos para comprometerse a cumplir la ley. Resulta por demás ominoso. Pero, así son los políticos, altamente protagonistas. Y de AMLO no se diga.
El primero en incumplir el “Acuerdo Nacional por la Democracia”, es el mismo presidente de la República, metido hasta el cuello en el proceso electoral. Hace campaña todos los días, utiliza recursos públicos, manipula al personal a su cargo para promover a su partido; asimismo, López Obrador complementa su conducta perversa, fustigando, denostando, acusando (sin pruebas) a la oposición haciendo uso de recursos públicos. Diariamente monta el escenario para combatir, desde la sede el Poder Ejecutivo, a sus oponentes.
Incluso el Fiscal General se comporta como su amanuense.
¿Acaso no fue el mismo presidente quien defendió a su compadre Felix Salgado Macedonio cuándo fue acusado del delito de violación? Hoy candidato al gobierno de Guerrero. Bueno, esa es una dolosa conducta, al inmiscuirse en temas electorales que no son de su competencia, además usa la tribuna del “púlpito sagrado”, sea para defender, sea para acusar. Él justifica que hace uso de su derecho de libertad de expresión ¡Con este delincuente no se puede!
Existe toda la estructura institucional responsable y las leyes para combatir todos los delitos electorales, para perseguir otras conductas delictivas, aplicarse en todo momento, no solo en tiempos electorales. El problema es que, esos mismos políticos cumplan con la ley. Ahí radica el fondo del asunto.
Por ello el exceso de delincuencia en nuestro país. Luego se acompasa con la corrupción que promueve el gobierno de la austeridad, ese que no quiere y no puede cumplir con su responsabilidad legal.
¡El delincuente no se denuncia asimismo!
Oculta, manipula, tergiversa, esconde su delito, hasta que es descubierto; luego tendrá que agotarse las etapas procesales para sentenciar, en su caso, el debido proceso de rigor.
Es evidente que el principal violador de la norma constitucional y legal es el mismo AMLO (y su partido político), quien convocó a la firma del acuerdo. El más grande simulador. Fue un acto intimidatorio para la oposición, una advertencia ¡Yo sí puedo! ¡Ustedes no pueden! Los invito a que firmen el compromiso establecido por la misma Constitución. Su testigo: el Fiscal. Digo, por si acaso. Toda una escena del artífice del engaño. Montaje del aparente demócrata que viola la ley cada vez que conviene a sus intereses.
Continúan los videos en redes sociales que prueban fehacientemente el fraude electoral que preparan. Grandes grupos de morenistas amenazando a beneficiarios de programas sociales, por medio de la mentira, aseverando que, si pierden las elecciones, pierden el dinero que reciben del gobierno de AMLO:
Los incitan a votar por MORENA ¿Acaso no es este un delito?
Luego el operativo de los “correcaminos”, antes “Siervos de la Nación”, usando los mismos chalecos que utiliza la militancia de MORENA. Vamos, para que no haya equivocación. Personal administrativo al frente de la campaña de vacunación ¿qué hace la Secretaría de Bienestar en la vacunación? Otro enorme grupo que opera política y electoralmente en favor de MORENA, en pro de los candidatos de AMLO. Todo un engaño fraudulento la firma del “Acuerdo Nacional para la Democracia”.
Otro engaño del presidente de la República, quien montó un teatro en Palacio Nacional, para intimidar y refrendar su “espíritu democrático” ¿había necesidad de convocar a todos los gobernadores? ¿Quiso mostrar quien ejerce la fuerza política a toda la oposición en el gobierno?
Es del conocimiento generalizado de la población que la caterva de corruptos viene operando desde hace dos años, para ejecutar el fraude electoral. No es algo nuevo ¿A quién pretenden engañar con la firma para obligarse a cumplir la ley?
El mismo AMLO es el vivo ejemplo del fraude a la democracia.
No se requiere de firma alguna. Se necesita transpirar por los poros de la piel: honestidad. Virtud que no conoce ni profesa Andrés Manuel López Obrador. En Derecho, el acuerdo carece de validez, solo sirve la “foto”.